Debemos aprender a estar contentos...

Había una leprosa en la isla de Tobago q había aprendido a estar contenta, un misionero de corto plazo la conoció en uno de sus viajes de misión.

En el día final, él conducía la adoración en una colonia de leprosos, preguntó si alguien tenía una canción favorita, cuando hizo la pregunta, una mujer se volvió y dejó ver el rostro más desfigurado que se haya visto, no tenía orejas ni nariz, los labios habían desaparecido.

Pero levantó una mano sin dedos y preguntó: ¿Podemos cantar: Cuenta las riquezas que el Señor te da?

El misionero comenzó a cantar, pero no pudo terminar, después alguien comentó: Supongo que nunca podrá volver a cantar esa canción, no respondió, la cantaré nuevamente, pero nunca de la forma en que lo hacía antes.

Ella al igual q yo aprendió a estar contenta a pesar de las adversidades...
Belkys

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