La Señora Rosa...
El primer día de clase en la Universidad nuestro profesor se presentó a los alumnos y nos pidio que nos presentaramos a alguien que no conocieramos todavía.
Me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro, mire hacia atrás y vi a una pequeña señora, viejita y sonriendome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.
Me dijo: Eh muchacha mi nombre es Rosa tengo 87 años de edad, puedo darte un abrazo, le sonrei y le dije claro que puede y ella me dio un gigantesco apretón.
Por que esta usted en la facultad a tan tierna e inocente edad pregunte, respondió juguetona estoy aquí para encontrar novio rico, casarme y tener un montón de hijos y luego jubilarme y viajar.
Esta bromeando le dije, yo estaba curiosa por saber que le había motivado a entrar a este desafío a su edad y ella dijo, siempre soñé con tener estudios universitarios y aquí estoy.
Despues de clases conversamos mucho y nos hicimos muy buenas amigas, todos los días en los siguientes tres meses teníamos clases juntas y hablábamos sin parar.
Yo quedaba siempre extasiada de oírla y compartir sus vivencias y experiencias conmigo, en ese año Rosa se volvió un icono en el campo universitario y hacia amigos fácilmente.
Se veía que estaba disfrutando su vida, al final del semestre la invitamos hablar y ya en el podio se le cayeron 3 de las 5 hojas que traía, frustrada simplemente tomo el micrófono y dijo:
Discúlpenme estoy tan nerviosa que nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que sólo hablaré sobre aquello que se, mientras reíamos ella aclaró su garganta y comenzó.
No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar, existen solamente tres secretos para mantenernos jóvenes, felices y obteniendo éxitos.
Se necesita reír y tener humor cada día, se necesita tener sueños, pues cuando esos se pierden uno muere y se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer, yo ya envejeci y ahora es que sigo creciendo...
Belkys
Me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro, mire hacia atrás y vi a una pequeña señora, viejita y sonriendome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.
Me dijo: Eh muchacha mi nombre es Rosa tengo 87 años de edad, puedo darte un abrazo, le sonrei y le dije claro que puede y ella me dio un gigantesco apretón.
Por que esta usted en la facultad a tan tierna e inocente edad pregunte, respondió juguetona estoy aquí para encontrar novio rico, casarme y tener un montón de hijos y luego jubilarme y viajar.
Esta bromeando le dije, yo estaba curiosa por saber que le había motivado a entrar a este desafío a su edad y ella dijo, siempre soñé con tener estudios universitarios y aquí estoy.
Despues de clases conversamos mucho y nos hicimos muy buenas amigas, todos los días en los siguientes tres meses teníamos clases juntas y hablábamos sin parar.
Yo quedaba siempre extasiada de oírla y compartir sus vivencias y experiencias conmigo, en ese año Rosa se volvió un icono en el campo universitario y hacia amigos fácilmente.
Se veía que estaba disfrutando su vida, al final del semestre la invitamos hablar y ya en el podio se le cayeron 3 de las 5 hojas que traía, frustrada simplemente tomo el micrófono y dijo:
Discúlpenme estoy tan nerviosa que nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que sólo hablaré sobre aquello que se, mientras reíamos ella aclaró su garganta y comenzó.
No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar, existen solamente tres secretos para mantenernos jóvenes, felices y obteniendo éxitos.
Se necesita reír y tener humor cada día, se necesita tener sueños, pues cuando esos se pierden uno muere y se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer, yo ya envejeci y ahora es que sigo creciendo...
Belkys
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