No te rindas...
Era mitad del siglo XIX y se escuchaba en las oficinas de la Escuela Primaria de un pequeño pueblo de Ohio de los Estados Unidos la siguiente conversación.
El niño tiene un leve retraso mental que le impide adquirir los conocimientos a la par de sus compañeros de clase, debe dejar de traer a su hijo a esta escuela, le aconsejo la maestra.
A la mujer no pareció afectarle mucho la sentencia de la maestra, pero se encargó de transmitirle a su hijo que el no poseía ningún retraso y que Dios, en quien confiaba fielmente desde su juventud, no le había dado vida para avergonzarlo, sino para ser un hombre de éxito.
Pocos años después, este niño, con solo 12 años, fundó un taller donde enseñaba hacer juguetes de madera, a los 18 años montó su primera tienda de juguetes.
A los 25 años en una Navidad dono juguetes a todos los niños del colegio más cercano a su casa, el mismo colegio donde no lo aceptaron por tener retraso mental...
Belkys
El niño tiene un leve retraso mental que le impide adquirir los conocimientos a la par de sus compañeros de clase, debe dejar de traer a su hijo a esta escuela, le aconsejo la maestra.
A la mujer no pareció afectarle mucho la sentencia de la maestra, pero se encargó de transmitirle a su hijo que el no poseía ningún retraso y que Dios, en quien confiaba fielmente desde su juventud, no le había dado vida para avergonzarlo, sino para ser un hombre de éxito.
Pocos años después, este niño, con solo 12 años, fundó un taller donde enseñaba hacer juguetes de madera, a los 18 años montó su primera tienda de juguetes.
A los 25 años en una Navidad dono juguetes a todos los niños del colegio más cercano a su casa, el mismo colegio donde no lo aceptaron por tener retraso mental...
Belkys
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