El alfarero...

Un día un alfarero tenía tres peloticas de barro o arcilla y se dijo voy hacer 3 lindas vasijas y agarró la primera pelotita y empezo moldear y de pronto oye ay ay me duele no, no.

El alfarero sorprendido le echa un poquito de agua al barro y continúa el barro quejándose ay no esa agua está muy fría, ay eso duele y en fin que no se dejó moldear la pelotita.

Ya el alfarero cansado d tantos gritos la solto y agarró la otra pelotita de barro y empieza hacer lo mismo que con el anterior, está al sentir que la moldeaban decía.

Ay, ay eso duele pero mo importa yo aguanto, dale, dale que yo quiero ser una linda vasija, pero al momento de colocar la vasija al horno la vasija no se dejo porque era mucho calor.

Finalmente el alfarero un poco decepcionado dejo de lado la vasija y tomo la tercera pelotita de barro y comenzó a moldearla, milagrosamente está si se dejo moldear.

Aunque le dolía se dejó moldear, se dejó hornear a pesar del calor que allí hacia, en esta historia la primera bolita quedo siendo una bolita d arcilla.

La segunda bolita de barro ya convertida en vasija al tiempo se quebró porque no se dejó hornear, la tercera vasija a pesar del dolor se dejó moldear y hornear, convirtiéndose en una linda vasija.

Nuestro alfarero es Dios, deberíamos dejar que Dios nos moldee por más que duela y dejar que nos hornee sin quejarnos.

Algunos son como la primera pelotita que no se dejan moldear, otras como la segunda pelotita que se dejan moldear pero cuando las van a terminar no se dejan.

Y deberíamos ser como la tercera bolita que por más que duela nos dejaremos moldear...
Belkys


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