Si crees que puedes podras...

En una de las escenas de la novela La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa, un sujeto le entrega su hija al dictador dominicano para que abuse sexualmente de ella, en agradecimiento a la bondad del tirano y como una forma de ganar sus favores gubernamentales.

Más allá del salvajismo de la escena, lo verdaderamente preocupante y políticamente importante es cómo al individuo del relato le parecía normal aquel gesto de entregar su propia hija al dictador.

Al fin y al cabo, era el líder supremo de hecho se hacía llamar el benefactor de su pueblo y el miserable del cuento no concebía que se podía aspirar en la vida a nada superior que ser una pieza más del engranaje revolucionario.

Acostumbrado a la opresión, ya esta se había convertido en normal y las conductas asociadas a la situación de dominio y explotación terminaron por convertirse, de inaceptables, en cotidianas y usuales.

No le parecía ni malo ni condenable lo que hacía, porque ya había aprendido, de tanto acostumbrarse, que las cosas eran así, sus expectativas sobre lo que era normal y esperado determinaban su conducta.

La Psicología Social ha enfatizado el papel de las expectativas sobre el comportamiento humano, nuestras percepciones y conductas están fuertemente influidas por las evaluaciones subjetivas que hacemos sobre nosotros mismos y el entorno que nos rodea.

En este sentido, las expectativas tienen que ver con lo que la persona espera que ocurra, es por ello que las expectativas que la gente tiene son un fuerte y confiable predictor de su conducta.

Dados los hallazgos experimentales de las teorías de la disonancia y homogeneidad psicológicas las personas tendemos a adecuar nuestro comportamiento a nuestras expectativas, es decir, a lo que creemos que ocurrirá.

X eso la famosa frase d Henrry Ford si crees q puedes podrás y si crees q no puedes no podras, de las dos formas estas en lo cierto...
Belkys


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