Donde esta Dios...
Lo que para mí era nada o algo insignificante, para ella era fuente de energía vital, para mi preparar otro cafe era muy sencillo, para ella volver a probar otro era una esperanza incierta.
Le pregunté: Tú crees en Dios y por qué no voy a creer, si gracias a él estoy viva me contestó, quien es Dios volví a preguntar Dios es cada trozo de pan que consigo en la basura, es la comida que me regala la gente.
Dios es el dinero que me dan por las cosas que vendo,después de tomarse el café y darme la gracias, me dijo Dios es ese café y estos mangos, agarro su bolsa y se despidió.
Antes de irse le pregunte y donde esta Dios, me miró fijamente a los ojos y dijo: Señora, si quiere saber donde está Dios, mírese en el espejo, dio media vuelta y siguió su camino.
Aquella mujer, desnutrida, harapienta, sin un techo donde dormir; con aquella inmensa fe en Dios, su sencillo, pero profundo mensaje y su mirada de agradecimiento fueron un inmenso corrientazo que desvaneció el pesimismo que me embargaba y una gran alegría llegó a mi espíritu.
Volví la mirada a la mata de Cayena y sentí en la flor la fuente de la vida, allí estaba Dios.
Mire al frente y en un desolado terreno, un floreado Araguaney, le hacia compañía a un frondoso Cují, el contraste del amarillo intenso del Araguaney con el verde limón del Cují, era un hermoso paisaje que invitaba a la contemplación y que solamente la naturaleza nos puede regalar, allí estaba Dios...
Belkys
Le pregunté: Tú crees en Dios y por qué no voy a creer, si gracias a él estoy viva me contestó, quien es Dios volví a preguntar Dios es cada trozo de pan que consigo en la basura, es la comida que me regala la gente.
Dios es el dinero que me dan por las cosas que vendo,después de tomarse el café y darme la gracias, me dijo Dios es ese café y estos mangos, agarro su bolsa y se despidió.
Antes de irse le pregunte y donde esta Dios, me miró fijamente a los ojos y dijo: Señora, si quiere saber donde está Dios, mírese en el espejo, dio media vuelta y siguió su camino.
Aquella mujer, desnutrida, harapienta, sin un techo donde dormir; con aquella inmensa fe en Dios, su sencillo, pero profundo mensaje y su mirada de agradecimiento fueron un inmenso corrientazo que desvaneció el pesimismo que me embargaba y una gran alegría llegó a mi espíritu.
Volví la mirada a la mata de Cayena y sentí en la flor la fuente de la vida, allí estaba Dios.
Mire al frente y en un desolado terreno, un floreado Araguaney, le hacia compañía a un frondoso Cují, el contraste del amarillo intenso del Araguaney con el verde limón del Cují, era un hermoso paisaje que invitaba a la contemplación y que solamente la naturaleza nos puede regalar, allí estaba Dios...
Belkys
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