Cuán grande es mi problema...

Ayer viajando en un bús vi una hermosa muchacha con cabello de oro y expresión de alegría; envidié su hermosura.

Al bajarse, la vi cojear, tenía solo una pierna y apoyada en su muleta, sonreía en ese momento deje de quejarme del dolor de rodilla y empecé agradecer por tener mis dos piernas

Al llegar a comprar unos dulces, me atendió un muchacho encantador, hablé con él; parecía tan contento que aunque se me hubiera hecho tarde no me hubiera importado.

Al salir, oí que decía: Gracias por charlar conmigo es Usted tan amable, es un placer hablar con gente como usted, ya ve, soy ciego y muy pocas personas me hablan...
Belkys 


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