Aquella joven...

Un día nos damos cuenta que no hay tacón cómodo, que no vemos sin gafas y las raíces de nuestras canas crecen sin piedad.

Que nuestra cintura se va emparejando y nuestras rodillas se van redondeando, un día, nos cansamos de imitar en el espejo, a aquella joven que fuimos.

Y que bello que ha sido, haberlo vivido y sentido, haber dado tanto amor, como haberlo recibido, adquirir la experiencia y aprender de paciencia...
Belkys


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