Las modas pasan...
En tiempos de Jesús y de los apóstoles, igual que en la actualidad, muchos catalogaban a la gente por su vestimenta. Santiago 2:1-3.
Lo que realmente somos sigue sin cambiar, por mucho que cambie nuestro atuendo y por muchas personas a las que consigamos impresionar.
Jesús y Pablo nos invitan a dejar de preocuparnos más de lo debido por nuestro atavío exterior y a pedir a Dios que nos vista de las cualidades que nuestro ser profundo necesita.
Señor, en mi crecimiento espiritual, hoy deseo despreocuparme por mis apariencias y dejar que tú me transformes por dentro y me revistas de tu gracia
las modas pasan y por mucho que intentemos seguirlas, solo podemos vestir o disfrazar nuestro exterior...
Belkys

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