Orar...

Orar es una conversación con Dios, es el momento de más calma del día, es una fotografía en sepia, un regreso a la casa de tus abuelos y al tiempo sin tiempo de tu infancia.

Es un Padre Nuestro platicando con Dios para que te ayude en los exámenes, es el refugio del frío y el silencio acogedor, orar es tener memoria, es lo que va antes del trabajo y después y lo que nunca lo suplanta

Es lo único que puedes hacer cuando ya no puedes hacer más y es la forma de comprometerse de quien no tiene otro medio de hacerlo, orar hace milagros, ofrece consuelo y nunca es inútil, porque siempre conforta.

Orar es la aceptación de tus limitaciones, es aprender a resignarse cuando lo que pudo ser no ha sido, es vivir sin rencor, aprender a olvidar, aceptar la derrota con dignidad y celebrar el triunfo con humildad.

Es buscar las fuerzas si no se tienen y confiar en que las cosas van a ser como deberían ser, es optimismo, no dar nada por perdido, luchar y resistir, es relajarse y calmar los nervios.

Y prepararse mentalmente para lo que ha de venir, no es solo buscar el coraje, sino también la inspiración, la idea, el enfoque, la luz, el claro en medio de la espesura, es razonar, aunque parezca lo más irracional que haya.

Es la mente funcionando como cuando juegas un partido de tenis, es planificar y anticipar las jugadas, es calma cuando todo es ansiedad, orar es una forma extrema de independencia.

Es un placer oculto, que se reserva para la intimidad, un acto privado y casi a escondidas, que, cuando se hace acompañado, necesita mucha, confianza, es una declaración de amor por la persona que tienes en tus oraciones.

Es derramar tu cariño sobre los que más quieres y sentir el cariño de los que oran por ti, es tener a otros en tus oraciones y estar en las oraciones de otros, que es mucho más que estar solo en su memoria.

Es un súper poder que nos predispone al bien, es creer y ser practicante de un mundo mejor...
Belkys