No te preocupes...
A veces, cuando nada marcha de acuerdo con lo esperado y la preocupación es quien reina, cuando el quebranto de lágrimas inunda nuestros ojos y todo parece ser inútil.
Solo una cosa puede ahuyentar las lágrimas que queman y ciegan; alguien que suavemente te eche el brazo por encima y susurre: No te preocupes.
Nadie ha logrado descifrar por qué esas palabras traen tanto consuelo, o por qué tal susurro hace que nuestras preocupaciones se despejen al instante.
Sin embargo, cuando los problemas nos dan la bienvenida, podemos olvidarnos de ellos y dejarlos atrás, cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y susurre: No te preocupes...
Belkys
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